Introducción
En América Latina, desde la última década del siglo xx, se ha extendido y profundizado un modelo económico y político sustentado en la explotación a gran escala de bienes provenientes de la naturaleza, escasamente procesados y con fines de exportación. Este modelo ha cobrado auge, entre otros motivos, debido a la creciente demanda y el aumento de los precios internacionales de productos primarios (commodities), así como al agotamiento de las reservas de minerales e hidrocarburos y el flujo de las inversiones de las empresas extractivas (Urrea y Maldonado, 2014).
Otras actividades, tales como los agronegocios, las energías renovables, la ganadería intensiva, la explotación forestal, los desarrollos inmobiliarios, los proyectos de infraestructura, el transporte y las comunicaciones, así como los proyectos hidroeléctricos, han adoptado en la actualidad también la lógica de este modelo que coloca al crecimiento económico como valor máximo (Seoane, 2013).
Mediante el despojo y el acaparamiento de tierras, los proyectos extractivos privatizan los bienes naturales o restringen su acceso, con lo que obligan a las comunidades a cambiar sus modos de vida, lo que deriva en la precarización, el debilitamiento de sus procesos de autodeterminación y el desplazamiento forzado (Carvajal, 2016).
El neoextractivismo se amplía y agudiza gracias a las estrategias que las empresas utilizan para imponerse en los territorios: en complicidad con los gobiernos y, en algunos casos en alianza con las fuerzas armadas, el crimen organizado o los grupos paramilitares, éstas controlan los territorios y resguardan sus intereses económicos.
Este modelo conlleva la violación sistemática de los derechos humanos de las comunidades afectadas y, con el fin de acallar sus luchas, arremete de manera significativa contra las personas que defienden la tierra y el territorio. En México, durante 2019, fueron asesinados 18 defensores de la tierra (Global Witness, 2020).
Por otro lado, el extractivismo provoca graves afectaciones ecológicas como la contaminación del agua, la deforestación y la pérdida de suelos, que alteran los procesos naturales, modifican el paisaje, atentan contra la salud y los medios de vida de las poblaciones. Con frecuencia, estas alteraciones persisten aun cuando las actividades extractivas concluyen.
En muchos casos, las lógicas de acumulación capitalista se contraponen con la manera en que los grupos sociales, las comunidades y los pueblos conciben el territorio y la naturaleza, lo que da lugar a diversas formas de oposición y resistencia a nivel local, regional o global. En México, las actividades extractivas refuerzan las relaciones de injusticia, desigualdad y violencia.
Esta realidad compleja demanda acciones urgentes. La Dirección de Incidencia de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México apuesta por la investigación en torno a la conflictividad que detonan los proyectos extractivos, desde una postura crítica y comprometida, en aras de incidir social y políticamente, por lo que ha creado el Observatorio de Conflictos Socioambientales.
Este esfuerzo se fundamenta en las perspectivas de la ecología política y la justicia ambiental. Asimismo, en consonancia con la Encíclica Laudato Sí del papa Francisco, el Observatorio busca visibilizar las injusticias que sufren los pueblos y las comunidades por la irrupción de los megaproyectos.
Referencias
- Global Witness (2020). Defender el mañana. Crisis climática y amenazas contra las personas defensoras de la tierra y el medio ambiente[Documento en línea]. Recuperado de: https://www.globalwitness.org/es/defending-tomorrow-es/
- Carvajal, L.M. (2016). Extractivismo en América Latina. Impacto en la vida de las mujeres y propuestas de defensa del territorio. Bogotá: Fondo de Acción Urgente de América Latina.
- Seoane, J., Taddei, E. y Algranati, C. (2013). Extractivismo, despojo y crisis climática. Desafíos para los movimientos sociales y los proyectos emancipatorios de Nuestra América. Buenos Aires: Herramienta/El Colectivo/Grupo de Estudios sobre América Latina y El Caribe.
- Urrea, D. y Maldonado Rodríguez, T. (2014). “Gran minería y conflicto. Una perspectiva socioambiental del modelo de desarrollo en Colombia”, en Avendaño, T. y Navas, L. M. (coord.), Extractivismo, conflictos y resistencias. Bogotá: CENSAT Agua Vida – Amigos de la Tierra Colombia/Escuela de Sustentabilidad/Broederlojk Denle, pp. 73-106.